BIOGRAFIA
Una propuesta que mezcla folk con word music y que, en ocasiones, añade pinceladas de jazz, reagge o techno. Canciones que combinan las características rítmicas de instrumentos tan dispares como las baterías y percusiones; o el didgeridoo (instrumento de los aborígenes australianos) y el bajo eléctrico, entre otros. 'Es una propuesta diferente, con música rítmica, con sonidos nuevos que trasmiten mucha fuerza. Es música divertida, música para bailar', afirmó el bajo Ritxi Salaberria. Sus cinco componentes provienen de diferentes campos musicales que abarcan el cine, la improvisación, la música tradicional y el rock&roll. No hay límite.
Cada uno aporta lo que le surge y usamos esa acumulación de ideas y diferencias para buscar un sonido', explicó Pascal Gaigne, que toca la guitarra eléctrica y el berimbao (instrumento africano que en Brasil se utiliza para bailar la Caporeira), entre otros. El resto de Samar son Javier Area (batería, d'jembe y gong), Iker Telleria (percusión, pandero, darbuka, pailas y batería) e Iban Nikolai (didgeridoo). Para estos cinco inquietos músicos, sin embargo, Samar es mucho más que un grupo de música. 'Representa un espacio de libertad donde trabajar sin la presión de tener que vender discos, haciendo lo que nos gusta, probando, fusionando. El límite está en lo que quepa en las dos furgonetas que nos acompañan a los conciertos. Tenemos hasta juguetes', confesaron. Samar, acrónimo de 'Ramas', no tiene cantante, aunque Jairo Palacio es el responsable de los textos que, en castellano, se incluyen en este primer trabajo.