Formaron en el escenario un concepto que aunaba musica y espectaculo, mezclando su capacidad de cantantes con una buena dosis de actores y consiguiendo que el publico estuviera pendiente de cada cancion, divirtiendose con ella y gozando como si estuviese en una comedia. Claro que las canciones que pusieron Leiber y Stoller a su alcance facilitaban este estado de cosas. Eran temas que narraban lo dificil que es para un adolescente vivir en casa de sus padres teniendo que ordenar el cuarto, asistir a clase y salir con su chica preferida. En el 58, tuvieron uno de sus mas grandes exitos, 'Yakety Yak', que les llevo al numero uno de las listas. Al igual que los Ink Spots encontraron su formula, los Coasters tambien tuvieron la suya. Entraban con un ritmo rapido, para pasar al enunciado del tema en unas intervenciones, mas o menos sincopadas, de los coros. Los saxos se encargaban de los solos, asi como de un machacante contrapunto. Eran parecidas, pero todas muy divertidas. En 'Yakety Yak', los monstruosos padres de un adolescente castigado amenazaban a su hijo con no dejarle oir mas rock and roll si no cumplia con todas sus obligaciones.
La epidemia de los grupos eran las sustituciones y los Coasters no estaban vacunados para ella. Bobby Nunn, el bajo del quinteto, fue el primero en marcharse en el ano 58, siendo reemplazado por Will Dub Jones. A los dos años cambiaron otra vez de bajo, entrando Ronnie Bright en 1960. Ronnie, a pesar de su juventud, pues tenia tan solo veintidos años, fue elegido por Johnny Cymbal para grabar el tema 'Mr. Bass Man', un homenaje a todos los cantantes que hicieron de bajo en los grandes grupos du-dua y posteriores. Ronnie Bright personalizo el trabajo de todos sus colegas. El puesto de segundo tenor fue siempre efimero en los Coasters. A Leon Hughes le sustituyo Young Jessie, a este Cornell Gunther y, por fin, en el 60, aparece un viejo conocido en el puesto: Earl Speedo Carroll, el que fuera solista de los Cadillacs. Esta circunstancia permite intercomunicar el viejo y clásico du-dua de los grupos negros con las nuevas tendencias más próximas al rock, que representaban ya los Coasters. Y es que antes y durante los éxitos de Platters, Drifters y Coasters, hubo muchos grupos, negros y blancos, que dieron días de gloria al sonido du-duá.
Una de las grandes preocupaciones de los grupos du-duá, además de empastar perfectamente sus voces y encontrar onomatopeyas que les diferenciaran de los competidores, fue la búsqueda de nombres sonoros y comerciales. Algunos aficionados han hecho incluso clasificaciones de esos nombres, buscando algún nexo de unión entre grupos que habitualmente no se conocían entre sí. Se podrían hacer listados por aficiones, nombres de pájaros, lujosos automóviles, términos musicales, lunas embrujadoras y un sin fin de nombres cortos, directos, sonoros y distintivos de un estilo y una época. Aves, accidentes geográficos o referencias directas a la industria discográfica, se sucedían en los carteles de clubs o teatros donde actuaba una larga legión de grupos jóvenes, animosos y llenos de ritmo.